viernes, 3 de noviembre de 2023

Gracias Colombia por tal belleza




































Voy a empezar el resumen de mi casi un mes en este país hablando del Eje Cafetero. Es comprensible que en el 2011 la Unesco lo declarara Patrimonio de la Humanidad porque la belleza, y las sensaciones de bienestar y frescura que se respiran allí son únicas. Ubicado en los departamentos de Risaralda, Quidío y Caldes. 
Es como si estuvieras en otro mundo, en el que vives rodeada de bellas montañas verdes muy extensas cubiertas por bellos cafetales, y por su puesto el bello Valle del Cócora. 
Nosotros nos alojamos en Filandia, y tuvimos la divertida fortuna de que eran las fiestas, celebraban la fiesta del canasto, cestita con la que se recoge el café, y estuvimos en un concierto de música vallenato, es un estilo de música latina,  de un grupo bien famoso,  los Gigantes del ballenato. Fue una experiencia increíble ver como a un concierto acude la nieta de 18 con la abuela de 60años, ambas pasándose un botella de ron, o de agua ardiente. Visitamos la finca Don Elias en Salento, una finca familiar con unos guías excepcionales, y las vistas son divinas. Luego,  pasamos por el valle del Cócora, un paisaje místico, rodeado de unos árboles especiales de la región, y acabamos en Manizales,  en la finca Venecia, una locura de linda. Por supuesto muy recomendable las termas de San Vicente y Santa Rosa. 

Abandonando la belleza sin igual de El eje Cafetero, Lourdes y yo cambiamos completamente de paradigma para adentrarnos en el Amazonas. Volamos a Leticia, el sur de Colombia donde se juntan Brasil, Perú y Colombia, y en una barca llegamos a Puerto Nariño. Tengo que decir que este viaje también me ha alucinado por la poca planificación previa, y la capacidad de dejar las cosas al sentir del momento. Llegamos a Puerto Nariño sin alojamiento, y nos encontramos en la guía Routard unas cabañas en una comunidad indígena que se llama San Martín de Amacayacu. Nos impresionó la historia de esas cabañas llamadas Casa Gregorio. Y gracias a una pareja que se ofreció a llevarnos en su barquita,  nos fuimos con ellos. Unas dos horas de navegación por el Amazonas con un silencio misterioso y divino, llegamos a la comunidad Tikuna donde estaba el alojamiento casa Gregorio. En ahí conocimos a  la maravillosa Heike, una mujer holandesa que lleva como 30 años allí, llegó para estudiar las hormigas, y se quedó junto con su marido Jose, un indígena Tikuna y juntos gestionan uno de los alojamientos más auténticos que he estado en mi vida. Ella te lo organiza todo, te pone un guía para tu grupo y te hacen las excursiones por la selva de díaa, el tour de noche, hay talleres de artesanía, y ante todo, descubres cómo es la comunidad Tikuna, de qué viven, qué pasado y presente tienen, y ante todo, te prendes de una sensación de bienestar total que vas sintiendo poco a poco con el pasar de las horas en el Amazonas. Lourdes y yo recordaremos toda la vida esa experiencia, porque creo que nos unió como amigas, y nos formó como personas. He de mencionar la enorme idea o sueño que creamos que fue llevar a nuestras amigas mujeres allí, cambiar el nombre a Casa GregoriA (con A de anarquía), y cada una con su rol, una la que lleva el cuchillo y cortar ramas, la otra la que lleva los temas contables, la otra la que pone orden a los y las trabajadoras jejej unas risas vamos.

Y ya de ahí cogimos vuelo a Santa Marta, pero como queríamos evitar lo turista y lo aglomerado, nos fuimos a las montañas de Minca, una ciudad ubicada en las estribaciones de Sierra Nevada, con lo que las vistas a las cordilleras son espectaculares Y allí mi amiga y yo nos relajamos en un divino alojamiento llamado casas viejas con una piscina infinity y vistas a la sierra nevada que nos dio salud y descanso. He de mencionar a nuestro amigo taxista que nos pidió ir a recoger a su mujer a la salida de su trabajo porque le gustaba mucho las montañas de Minca y acabamos los 4 cenando en un bar donde pinchaban música técnica y viendo las vistas nocturnas de las montañas.

De ahí en autobús directas al Parque Nacional Tayrona, que nos alojamos en un hotel fuera del parque muy auténtico, porque era como estar dentro de la selva, y nos tocó una cabaña enorme. En van eran como 3 minutos a la puerta del Parque. El hotel se llamaba Yuluka hotel. El parque es bestial, pura selva que lleva al mar Caribe. Nosotras caminamos 1 hora, y es tal la humedad y el calor, que en la primera playa de Arrecife nos quedamos. Los baños nos sentaron increíble, así como los zumos de tomate de árbol y el coco que nos comimos...

De ahí ya en bus nos fuimos a Cartagena de Indias, que si bien es una ciudad muy turística, es muy bella, y la arquitectura colonial es espectacular. Recomiendo el restaurante San Valentín para cenar porque es una fiesta, tuvimos concierto de salsa en vivo, y además allí a todo el mundo va a celebrar su graduación, cumpleaños, es un espacio muy vivo y divertido. Y por supuesto para bailar salsa el Fidel, una bodega antigua con un ambiente muy acogedor donde el baile está asegurado. Nos alojamos una noche en el barrio cool de Cartagena y está chulo, muy colorido y se llama barrio Getsemaní.

De ahí cogimos un bus a Tolú, una zona de vacaciones de paisas y costeños, cero turística. Fuimos a Tolú porque nos aconsejaron la isla de Múcura, en mitad del caribe, que pertenece a Bolívar, y para allí que fuimos. Tolú es muy local, y agradable, con bares en la misma arena, y personas paseando por el paseo con puestecitos de recuerdos muy muy tradicionales. De Tolú salen las lanchas a Múcura.

Mócura es un trozo de tierra en mitad del Caribe. Obviamente que sus playas son paradisíacas y hay resorts que estás en medio lujo por muy poco dinero, pero lo que más me gustó fue la comunidad del Caracol porque llegan muchas caracolas del mar, una comunidad local que te acoge. Nos pasamos como 3 horas sentadas en una hamaca con un chico que era guía de allá, sus hermanos, padres, nos dieron un coco a cada una para comer, escuchamos canciones de Shakira y nos echamos unas buenas risas. Allí descubrimos que el atributo que más nos decían que es despreocupadas, ya lo cantaba Shakira en la Bicicleta. Nuestro hotel era el club múcura, y por un precio barato, tienes una habitación con una terraza vistas al mar alucinante. 
Pero algo horrible fue como había una isla abarrotada de gente local, en condiciones muy poco higiénicas y era bastante demencial, porque eran casas apelotonadas una a las otras en la isla, rodeado de mar, y en frente las islas de los resorts para los turistas. Esto fue horrible.

La siguiente parada fue Cali, que es una ciudad racial, y  con mucha vida. Muy interesante, Una ciudad que es puro arte y se respira por los museos, teatros, mercados de comida, la cultura de la salsa impregna la ciudad, y su origen afrocolombiano. Así que siguiendo recomendaciones, aparecimos vestidas de viajeras en uno de los salones mas míticos precursores y mantenedores de la cultura salsera de Cali, el Mulato cabaret. El Mulato Cabaret es un lugar donde se rinde el arte del swing latino. Allí encuentras bailarines y bailarinas de 80 o 90 años que llevan frecuentando el lugar por lo menos 50 años. Es un lugar de encuentro y disfrute de la magia, la energía y la cultura caleña. Además, coincidió con el reparto de premios a personas importantes en este arte salsero. Y presenciamos shows de bailarines  y bailarinas profesionales.
Después fuimos dos días a un bar más de todos los públicos, pero con mucha esencia, el Topa Tolondra, ahí hicimos una clase de salsa caleña, que no nos sirvió para nada obviamente ya que es bien difícil ese tipo de salsa, pero bailamos mucho, muchísimo. Lo gozamos!! Los locales se dirigen para enseñar a extranjeros y trasladar el amor por su cultura. 

El siguiente destino fue la ciudad de Popayán, a 3 horas de Cali. Es una ciudad universitaria con unas universidades preciosas todas con sus claustros en el centro. Aconsejo la Universidad de arte y el departamento de música, ya que están los y las alumnas ensayando y la música hace un efecto rebote en el claustro bastante celestial. Pero la sorpresa fue que se estaba celebrando el Congreso gastronómico de Colombia, con lo que nos pasamos dos días comiendo de todo lo que una persona puede comer en Colombia, pero quiero hacer mención a las empanadillas de Pipian, riquísimas.

Y para acabar, y si os gusta la salsa, no os vayáis de Medellín sin ir a echar unos bailes al Tibiri, allí os encontraréis de todo tipo de personas, de cualquier edad, raza, origen, y clase. Una pasada de antro salsero con muy buena salsa clásica. 
Un lugar ahora muy turístico, pero es historia, y merece la pena ir con guía es la Comuna 13. Tiempo atrás fue el epicentro de violencia, droga, y donde todo lo oscuro de Medellín se dio, pero poco a poco, se ha ido transformando a un barrio con una lucha social para dejar atrás el pasado y reconstruir las vidas con dignidad, paz, y progreso

Y conclusión. Colombia es un país con una naturaleza rica, diversa y arrolladora. Cafetales, plataneros, cocoteros, Caribe, Amazonas, termas naturales, montañas. Valles, etc...Y por su puesto la facilidad de viajar por Colombia es algo destacable, y la amabilidad de las personas te hacen sentirte bien y cómoda. Es un país bello. Lo que también he de mencionar es la triste situación económica, no están pasando por un buen momento, es difícil para la clase obrera como en muchos países. Es destacable esa necesidad de por fin dejar en el pasado la historia oscura de Colombia.

Gracias a todas las personas que nos ofrecieron ayuda, nos aconsejaron lugares, nos bridaron charlas interesantes, risas, y nos formaron sobre la historia de Colombia.
Gracias a mi querida amiga Lourdes, por compartir conmigo un viaje libre, ligero, sin demasiada planificación, muy vivencial, por ir las dos a un ritmo prácticamente igual, y por acompañarnos y cuidarnos.
y gracias a mi primo Jose y su amigo Rolland por hacernos pasar unos días llenos de risas, de astrología, de buena energía, y de ganas de compartir.                    









lunes, 16 de octubre de 2023

Egipto, viaje muy mágico a través del desierto.


Uno de los viajes más auténticos y especiales para mi. Primero porque fue mi primer viaje libre, con mi mochila y fuera de Europa. Fue un éxtasis de alucinación, sorpresa, y descubrimiento.
De El Cairo a Abu Simbel en tren. Un trayecto vivencial con una mezcla de personas increíble, hablamos en el tren con niños, hombres, mujeres.... Templos del Faraón Ramsés II y su esposa Nefertaris.
Asuán. Canteras de piedra para construir los lugares santos de Egipto incluyendo las Pirámides. Presa de Asuán y Templo de Isis.
Ciudad de Lúxor. Los grandes templos del Egipto Antiguo, y las grandes necrópolis como el Valle de Los Reyes y las Reinas.
Desierto Blanco. Sahara el Guedida.
Ciudad de El Cairo, y Pirámides de Egipto. Formaciones de piedra calcárea.
Y sobre todo muchos buses y vans recorriendo pueblos del desierto, haciendo caminatas por desiertos o mares de arena, comiendo, fumando shisha, y bebiendo mucho té hirviendo con los lugareños, y pasando horas hablando y contemplando el día a día de estas personas. Por supuesto, nos invitaron a una boda, dormimos en desierto, y nos partimos de risa con historietas de nuestros guías y seres del desierto.
Egipto, una experiencia muy mágica.
Gracias @markelillos, por uno de los viajes más libres y auténticos de toda mi vida.